“Nada más entrar en la habitación, donde yo ya lo esperaba según lo indicado, de rodillas, abrió una cajita que traía en las manos y sacó un fino collar de terciopelo negro con unas iniciales grabadas con brillantes.. Sin dejar de mirarlo atentamente, escuché lo que comenzó a decirme..
-Quiero que cuando te ponga este collar, comprendas lo que significa y lo que conlleva este gesto. No te obligo, pero quiero que estés segura y convencida de que lo vas a llevar puesto con toda la ilusión del mundo, con tu consentimiento, orgullosa, y la firme y fiel devoción hacia mi persona. Cada minuto de tu vida es mío, formas parte de mí, y tu voluntad me pertenece.. ¿Alguna duda? ¿Lo entiendes?
Me quedé un rato pensativa, hasta que contesté
-No, Señor. Lo entiendo, gracias.
-Bien, porque quiero que medites mis palabras un momento, que las pienses por si surge algun pero.. Y si estás de acuerdo, quiero que te las aprendas, porque lo que no quiero es que te olvides nunca de llevarlo puesto. Es tu objeto más preciado, y es mucho más importante que ponerte o no las bragas. Dale la importancia que merece, y todo irá bien.. Ahora, relájate, siéntelo, deja que el collar haga su efecto, preciosa..”