“Él .. un Amo experto y particularmente atípico en sus modos y en sus formas. Decidió encontrarnos en un lugar donde alquilaban habitaciones por horas. El sitio no merece una descripción al detalle, parecía la habitación de un auténtico burdel y eso, no hizo más que acrecentar mi sensación de estar pecando y mis nervios por no saber qué iba a suceder entre esas cuatro paredes.
Nada más entrar me pidió que me quitase la ropa tal cual me había indicado en su último correo, y quedándome sólo en ropa interior, estuve quieta y en silencio a la espera de su próxima petición.
Se acercó, me ató con un lazo las muñecas a la espalda, y empezó a acariciarme, atrapó mis pechos en sus manos y los sacó por encima del sujetador para continuar comprobando los pezones, los provocaba pellizcando y acariciando simultáneamente con ambas manos.
Me sentía avergonzada y tremendamente excitada.. Me era difícil estar con la boca cerrada y buscaba aire constantemente como un pececillo fuera del agua. Así me sentía yo..
Me indicó que me sentara en el borde de la cama y me ayudó a quitarme las bragas. Del bolsillo de su pantalón sacó un par de guantes de látex color verde. Me sentí descolocada, parecía un médico de verdad y de hecho, lo era, pero no pensé que iba a demostrármelo. Sin embargo, con un golpe suave en mi rodilla hizo que separase las piernas y sin más preámbulos, empezó a hurgar mi sexo con delicadeza y cierta profesionalidad. A veces parecía que estaba buscando algo ..
Me empezaron a temblar las piernas cada vez que sus dedos se detenían en mi clitoris. Cuando volví a mirar su rostro, reparé en sus ojos, que eran de un azul increíblemente brillante, y parecía que a él también le costaba respirar.
De pronto, sus manos dejaron de serpentear por mi humedad y de ahí comenzaron a tantear el agujero de mi culo claramente.
-Tengo que follarte ahora mismo, ¿lo entiendes?
No respondí porque no entendía bien sus verdaderas intenciones, lo único que sabía y tenía claro, era que deseaba que entrase en mí, era lo que ahora me importaba.
Me hizo una señal chasqueando los dedos, me hizo colocarme a cuatro patas con el trasero frente a su cara. Me sentía un poco incómoda pero enseguida esa sensación fue sustituida por otra más agresiva, él estaba con su polla merodeando por mi culo,
-Tengo que prepararte -dijo en tono bajo- para que tu cuerpo pueda soportar al mío. Y es que ciertamente, el tamaño de su sexo, era considerablemente más grande en proporción a su cuerpo.
Me mordí el labio escuchándole hablar de ese modo.
Impaciente sacó un preservativo y entonces tras colocárselo, se abalanzó sobre mí literalmente. Intentó penetrar la estrechez, sentía unas punzadas de dolor, de desgarro, y cuando la sangre hizo acto de presencia, él se apartó ..
Tras unos eternos segundos en que no entendía nada, resopló, me tendió una toalla húmeda y me dijo que me limpiara y que me vistiera.
Así lo hice y aún aturdida, me quedé sentada mirándole desde el borde de esa cama donde hace nada prometía pasar algo grande.
Empezó a decirme que si estaba muy cerrada, que a ver si me había hecho análisis de sangre en el último año.. oh Dios!.. ¿a qué viene ahora todo esto si yo todavía siento su dureza aporreando la entrada de mi ano..?
De repente no conocía de nada a ese hombre, no sé quién era y lo que fue peor es entender y descubrir, que nada era lo que parecía y que a él, le podía más la parte médica que mi parte sumisa. Tenía que salir de allí como fuera, y eso hice. Con rabia y calor, me despedí rápido, e incluso me sentí un poco cobarde al salir huyendo de esa forma, sin apenas mediar palabra. Sin embargo, era mejor así, necesitaba poner distancia para aclarar las ideas. Una vez en el coche, sacudí la cabeza controlando las ganas de llorar, y nunca más volví a saber de aquel hombre.”

Soy anfitriona...Deberán saber que en otra oportunidad ustedes serían mis víctimas pero en esta ocasión solo busco vuestra compañía...Compartir gustos y momentos agradables...Yo los invito a caminar a mi lado en las tinieblas...Yo los invito a entrar...Los guiaré para que vuestros ojos se deleiten ante miles de mundos creados por mágicas manos...Y a veces los dejaré entrar a mi propio mundo que encontrarán en mis palabras... Solo se pide que dejen vuestra huella...Vuestro susurro...Vuestras miradas...En definitiva vuestra presencia para poder existir...Si ustedes están ahí...Yo siempre estaré aquí...Envuelta en tinieblas...
Un saludo muy sincero..
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