Hay un lecho en espera de tu cuerpo
y una luz en la parte alta de mi ventana,

Estremezco...
y entre sábanas de seda busco en mis manos el ritmo lejano de tus manos
en el instante en que mi imaginación se vuelve insistencia salvaje,
resbalo tratando de estallar mi dolor mezclado con placer
y brindarte como ofrenda lo agónico de mi entrega
en el preludio de mi orgasmo y en la penumbra de la noche
distingo la marca de mi cuerpo, vestigio sagrado código de pertenencia
aún guardo el sabor del Amo que reclama...